martes, 13 de agosto de 2013

LENTES DE CONTACTO EN PACIENTES PEDIÁTRICOS.


ADAPTACIÓN DE LENTES DE CONTACTO EN NIÑOS
La contactología pediátrica incluye los niños desde el nacimiento hasta la pubertad. En el grupo del nacimiento a los 8-9 años las lentes de contacto se proponen como medio para la prevención de la ambliopía. En el grupo de los 9 a los 14 años se utilizan para la corrección de errores refractivos.

Se dice que la edad si es muy importante en la adaptación de las lentes de contacto en niños a partir de los 11 años, es la edad más recomendad. Los niños son buenos candidatos para la adaptación de lentes de contacto siendo que es la única manera de conseguir una buena agudeza visual.


INDICACIONES
El tratamiento óptico con lentes de contacto aporta ventajas importantes para la rehabilitación visual de niños con afaquia, anisometropía, miopía elevada, hipermetropía elevada con esotropía acomodativa y astigmatismos irregulares.

Sin embargo, debido a que existen algunos factores de riesgo, el uso se propone con cierta precaución, especialmente en el grupo de menos de 8 años.
      

Indicaciones refractivas.
·         Afaquia
Las lentes de contacto son el mejor modo de corrección óptica para la mayoría de los pacientes pediátricos afáquicos. Es necesario tener en cuenta que nos vamos a encontrar con problemas para adaptar las lentes de contacto en los niños. Generalmente no quieren la lente, luchan contra el adaptador en el momento de colocarla y no colaboran en las exploraciones. 
Para decidir qué tipo de lente es más adecuada hay que considerar la edad del niño. Hasta los 3-4 años es muy difícil hacer una medida queratométrica exacta, la córnea es más curva y se necesitan lentes de contacto con radios bajos. Además, el ojo es pequeño y las hendiduras palpebrales estrechas, por lo que tendremos que adaptar lentes de pequeño diámetro. En este grupo de niños las lentes de elección son, las hidrofílicas de alto contenido en agua.

Las lentes de silicona ofrecen ventajas para su uso en edad pediátrica debido a la gran permeabilidad al oxígeno y a su excelente conductibilidad térmica que evita el calentamiento entre la lente y el epitelio corneal.

En las lentes de contacto de los niños menores de 3 años aumentamos +2’50 dioptrías a la prescripción de lejos para permitir una buena agudeza visual de cerca. A partir de los 3 años se puede adaptar la lente de contacto para visión de lejos y gafas bifocales de +3’00 dioptrías para visión próxima.

El paciente debe revisarse 24 horas después de la adaptación, a la semana, al mes, cada 3 meses durante el primer año y después cada 6 meses.
Los aspectos negativos de las lentes rígidas son la mayor dificultad de adaptación y la incomodidad del porte que produce rechazo por parte del niño. En la mayoría de los casos es necesario utilizar anestesia local para su inserción.

            
                 

·         Anisometropía
En la anisometropía la corrección óptica de elección son las lentes de contacto, rígidas o hidrofílicas. Si corregimos con gafas se puede dificultar la fusión y afectar la visión binocular, provocando la aniseiconía.

·         Miopía
En niños con miopías congénitas de alta graduación las lentes de contacto mejoran la imagen retiniana y la visión periférica limitada por la gafa. La lente hidrofílica de alta hidratación es la más indicada.

Las lentes de contacto rígidas pueden retrasar o detener en cierta medida la progresión de la miopía. Las lentes de contacto aportan además un mayor campo visual, con una visión más clara que con las gafas, mejorando la calidad visual y posiblemente frenando alguno de los mecanismos de la miopía.

El tratamiento óptico con lentes de hidrogel está indicado en niños debido a su mejor tolerancia, menos pérdidas y mayor seguridad para la práctica deportiva. En niños a partir de 11 años, las ventajas ópticas y fisiológicas de las lentes rígidas permeables al gas las convierten en lente de primera elección.

·         Hipermetropía
En la visión con lentes de contacto positivas se reduce la demanda de acomodación y convergencia en comparación con la demanda necesaria en las gafas. Las lentes de contacto bifocales o multifocales, hidrogel o rígidas, ofrecen una corrección óptica superior en estos casos.

·         Astigmatismo
Cuando no es posible la corrección con gafas debido a la diferencia de refracción entre ambos ojos, el tratamiento óptico con lentes de contacto aporta una alternativa de corrección. En el astigmatismo bilateral también podemos adaptar LC hidrogel tóricas, lentes rígidas permeables al gas o lentes híbridas SoftPerm.


En niños pequeños es difícil adaptar lentes rígidas, por lo que podemos utilizar la lente SoftPerm. Esta lente aporta la misma agudeza visual, mejor centrado y tolerancia, menos pérdidas y posibilidad de vida normal del niño.

 

Indicaciones cosméticas
Las lentes de hidrogel tintadas crean una pupila artificial, ayudando a disminuir la fotofobia y mejorando la apariencia estética. Las lentes de contacto cosméticas deben fabricarse con materiales de medio o alto contenido en agua para evitar la vascularización corneal en los niños.

 

Indicaciones terapéuticas
Las lentes de contacto terapéuticas hidrofílicas se pueden considerar en niños para ayudar a la curación de defectos epiteliales, proteger la superficie corneal, de vehículo medicamentoso y como tratamiento antiálgico.

Estas lentes de contacto se deben adaptar en porte flexible o prolongado, con un seguimiento regular para evitar complicaciones como la hipoxia, acúmulo de depósitos, desplazamiento o pérdida de la lente. Las lentes hidrogel desechables o de reemplazo frecuente han mostrado una buena seguridad y efectividad cuando se usan como lentes terapéuticas, y posiblemente en la actualidad son las de primera elección.

 

DIFICULTADES EN LA ADAPTACIÓN
Las diferencias anatómicas hacen necesario el empleo de diseños especiales para las lentes de contacto en niños menores de 2 años.
Hay otras dificultades para el tratamiento óptico con lentes de contacto debido a que generalmente el niño las rechaza, por eso es de gran importancia la colaboración de los padres. La respuesta del niño al llorar es un blefarospasmo intenso que dificulta la inserción y retirada de la lente.

Otro aspecto a considerar es que durante los primeros años es difícil hacer la refracción del niño y casi imposible realizar una medida queratométrica. A partir de los 5 años ya se pueden hacer las medidas necesarias con buena colaboración, facilitándose no solo la adaptación sino también la valoración de la respuesta visual a la corrección óptica.
  

En la población pediátrica son muy frecuentes la rotura y la pérdida de las lentes de contacto. Se debe hacer una reposición inmediata de las mismas para evitar que el niño haga interrupciones en la recuperación de su ambliopía.
La limpieza enzimática es prioritaria para evitar depósitos en las lentes.

             

COMPLICACIONES ESPECÍFICAS
Las lentes de contacto gruesas en régimen de porte prolongado, o incluso en porte diario, pueden producir cambios en la fisiología ocular.

Las lentes de hidrogel de baja o media hidratación pueden ocasionar anoxia y crecimiento de vasos. La complicación más frecuente en los portadores jóvenes es la conjuntivitis papilar gigante y la conjuntivitis inducida por la lente de contacto.

En las primeras adaptaciones en niños pequeños las lentes necesitan ser cambiadas antes de que se formen depósitos. Una vez que se estabilicen los parámetros, se debe hacer un reemplazo programado cada 6 meses.

                   


 

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